El chupete ofrece muchos beneficios para tus hijos, pero también es conveniente saber cuando conviene dejarlo.
El reflejo de succión es innato. Es muy habitual ver ese gesto en los fetos en las imágenes de las ecografías de control que se realizan durante un embarazo. En la vida intrauterina el bebe comienza a entrenar y perfeccionar este gesto porque es imprescindible que lo haga correctamente durante la lactancia para poder alimentarse bien y crecer sano y fuerte.
Recordad mamis.... ¡La lactancia natural es importantísima para el futuro desarrollo de vuestros hijos! No lo decimos sólo aquí, sino la mayoría de los pediatras y sociedades médicas. Vuestra leche les hará crecer más fuertes, desarrollarán su sistema inmunológico mejor, crearéis un vínculo maternofilial que agradeceréis el resto de vuestras vidas y a nivel de su boca se estimulará el desarrollo de la musculatura de la boca y favorecerá el correcto desarrollo de la dentición y la oclusión o mordida.
Cuando llega la época del "destete" la mayoría de los bebes empiezan a usar o ya han usado el chupete. Para muchos de ellos es "el sustituto de mami". Realmente tiene muchos beneficios para el bebé ya que les sirve para calmar la ansiedad, las frustraciones e incluso el dolor. Algunos estudios incluso afirman que previene la muerte súbita del lactante. Así pues, no cabe discusión sobre si es preferible quitar el chupete antes de los dos años.
¿Cómo puede afectar a los dientes del bebé el uso del chupete?
Los últimos dientes de leche que erupcionan son los segundos molares temporales o de leche. Estos dientes erupciona más o menos a los 2 años de edad. Como indica la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), en ese momento es conveniente para el desarrollo de sus arcadas dentales que el niño/a empiece a dejar de usarlo... pero como con en todo en la vida mamis y papis... ¡con sentido común!
Tampoco tenéis que obsesionaros con que vuestro hijo deje el chupete de manera radical. Es verdad que su uso prolongado puede alterar el correcto desarrollo de las arcadas dentales, pero también que esas alteraciones se corrigen si se suprime el hábito antes de los 4 años. Así que tenéis tiempo de sobra para quitar el chupete sin que sea traumático para vuestro hijo/a y evitar así deformidades en los dientes por uso prolongado del chupete. Cada niño requiere su tiempo y dos años es tiempo de sobra para no ir con agobios.
A partir de los 4-6 años su uso prolongado va a alterar el desarrollo de los arcos dentarios de dos maneras fundamentalmente:
Mordida abierta anterior
La mordida abierta se produce cuando los incisivos superiores (o "palas" o "paletos") no contactan con los inferiores. Esto se produce por que el chupete evita la erupción correcta de estos dientes buscando el contacto con sus dientes antagonistas.
Mordida cruzada posterior
Para que haya una correcta relación transversal de las arcadas dentales, los dientes superiores tienen que sobresalir con respecto a los inferiores. El uso prolongado del chupete no permite el correcto desarrollo transversal del maxilar superior y de la arcada dental superior, quedando los dientes inferiores sobresaliendo con respecto a los superiores. Esto a la larga va a favorecer la aparición de apiñamiento dental en la arcada dental superior, asimetrías esqueléticas y la aparición de trastornos temporomandibulares en la edad adulta.
La SEDO nos recomienda qué para hacer un buen uso del chupete:
- Emplear el chupete como método para evitar que se chupen el dedo, ya que esa costumbre puede conllevar secuelas más graves.
- Limitar su uso a los 18-24 meses, por los problemas que pueden surgir antes comentados. No obstante, este proceso de cambio debe ser gradual y con calma, para evitar provocarle un trauma el niño/a.
- No utilizar el chupete para retrasar una comida.
La edad ideal para retirar el chupete es entre los 3-4 años y a partir de los 6 años su uso está totalmente desaconsejado.
La Sociedad Española de Odontopediatria (SEOP) nos da algunos consejos a la hora de abordar la retirada del chupete:
- No recurrir a castigos a la hora de retirar el uso del chupete.
- El truco de untar la tetina con sustancias de sabor poco agradable (como vinagre, limón o pimienta) suele dar buen resultado.
- Puedes inventarte una historia donde un personaje de ficción se lleva el chupete a cambio de un regalo.
- Puede pasar qué el chupete se olvide en algún sitio o se pierda por la calle…
- Cortar o o pinchar la tetina puede hacer qué la sensación de chuparla no sea agradable y disuada a los pequeños de su uso.
- A los más mayores se les puede convencer para qué dejen de usarlo si se les explica el porqué de una manera razonada.
- Una vez iniciado el proceso, se debe seguir hasta el final de una manera firme. Seguramente el niño/a pedirá el chupete después de abandonarlo, pero hay que dejar qué pase el “síndrome de abstinencia”, y no caer en la tentación de volver a dárselo.
Conviene que al dejar de usar el chupete vuestro hijo/a no lo sustituya por el hábito de chuparse el dedo. Este hábito es bastante más complicado de corregir y aparte de las alteraciones que genera el chupete ( y de forma más acusada) puede provocar un aumento del resalte, esto es qué los incisivos superiores se vuelquen excesivamente hacia adelante.
Esto puede alterar gravemente la estética de la sonrisa y favorece la aparición de lesiones muy graves (fracturas dentales con afectación del nervio, luxaciones e incluso la pérdida de dientes) si el niño/a sufre cualquier traumatismo o golpe en la boca.
El hábito de chuparse el dedo presenta otros problemas, como es la suciedad de las manos del niño con el consecuente riesgo de infecciones por contaminación, además que retirar este hábito es normalmente más difícil.
La prevención, como en todas las ramas de la medicina, es siempre el mejor tratamiento de ortodoncia. Detectar estos problemas desde de manera precoz hará que todo tratamiento posterior sea mucho más sencillo.
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